No sé cómo definir este momento
de mi vida, pero lo que tengo claro es que hubo dos canciones que lo marcaron, y
es así como quiero contárselos...
Una vez más, sin querer, regresé
a eso que decidí olvidar hace ya algún tiempo; una vez dentro no quise salir
tan pronto, sin embargo un poco de indiferencia provoco que intentara salir,
¡no lo hice!, intente jugar todo una noche, pero no pudo ser, no hubo
oportunidad de arriesgar para saber que podría suceder…
Para este instante
en el que todo comenzaba a ir mal (o al menos creo que así iba) la canción
ideal fue Mariposas heridas de los
chicos de Luna Llena. Canción y
letra que reflejan el dolor que sentimos cuando aquel sentimiento por alguien
poco a poco va muriendo y está siendo rechazado o no correspondido. Así me
sentía con esas mariposas más que heridas, sencillamente les cortaron las alas
que en algún momento creí podían llevarme a volar muy alto.
A pesar de que parte de esa noche
y parte del otro día dolió, tengo que confesar que lo pase muy bien junto a
grandes personas, personas que estaban conmigo y personas que llegaron por obra
del destino, fueron horas muy especiales y divertidas, momentos que serán irrepetibles…
En este
instante donde todo, después de reflexionarlo, es lo que en verdad vale la
pena, la canción es Un gramo de locura
de ADN junto a Rulo. Canción que en su letra contiene frases contundentes y que encajan
perfecto en mi sentir: “Pienso que a veces la soledad no esta tan mal”, “aprendí
a remendar mis heridas como las olas del mar que vuelven día tras día”; porque todas
esas personas que no te abandonan y te recuerdan de buena manera, siempre te
llevan la locura necesaria para seguir viviendo: “ven y dame un gramo de locura
quiero tirar a la basura todos los brotes de amargura…”
Gracias vida por los buenos y
malos instantes, gracias por las personas que nunca olvidarás, a pesar de que
te hayan causa dolor, gracias por todo... Estas canciones fueron el soundtrack
de mi fin de semana.
No hay comentarios:
Publicar un comentario