Saben que aquí no encontraran la
reseña periodística del concierto de Mikel
Erentxun, pero lo que sí les aseguro
es que conocerán mi experiencia en este show, lo que me hizo sentir con sus
canciones este gran cantautor español.
Foto cortesía: Yunuén Velázquez / Ocesa |
El domingo 6 de abril, pasadas
las 19:00 hrs, un genio de la música española subió al escenario del Plaza
Condesa para deleitarnos con sus canciones y para intentar conseguir lo que al
final de la noche logró: un evento mágico y para no olvidar. El público ya lo
pedía en el escenario y en cuanto lo vieron entrar a él comenzó el griterío,
mismo que no pararía hasta el final del concierto.
La velada inició con 24 golpes, canción que le da título al
álbum que venía a presentar a la capital del país; el formato del concierto ya
lo conocíamos, era en acústico, sólo Mikel
Erentxun acompañado de su guitarra y su guitarrista. He de confesar que
desde el primer acorde de las guitarras y escuchar a la gente corear la canción
supe que sería un evento inolvidable.
Sabíamos, muchos de los
asistentes, que el repertorio del show se centraría en las canciones de “24
golpes” y una que otra de trabajos anteriores, pero creo que no imaginamos
escuchar canciones de 1995 como De
espaldas a mi o la hermosa canción Acróbatas
de 1998… sin embargo, ninguna de estas desentonó en el concepto del concierto,
pues la parte acústica la supo llevar de menos a más durante todo el espectáculo,
hasta convertirla totalmente eléctrica con él a la batería; sí, así como lo
leen, Mikel termino el espectáculo en la batería mostrando sus dotes, sus granes
dotes y contagiando a todos con su energía.
Fotos: Yunuén Velázquez / Ocesa |
Para mi hubo 3 momentos en el
concierto que sobresalieron, sin demeritar claro, todo lo realizado por el
español a lo largo de su show. El primer momento fue cuando sonó la canción Acróbatas, la cual (como todas) fue
coreada por los asistentes, pero en ésta en especial fue emotiva la manera en
que lo hizo el público, pues a petición de Mikel, teníamos la tarea de cantar
la palabra “acróbatas” a manera de coro, para que él sobre ese imponente coro
siguiera cantando los últimos versos de la canción; algo sencillamente emotivo.
El segundo momento fue cuando invito
a alguien del público a cantar con él La
herida, bueno únicamente la parte de Diego Vasallo y los coros junto a él,
y el elegido fue un chico de nombre Fabián, quien sorprendió a todos,
incluyendo al mismo Mikel con su interpretación; y finalmente el tercer momento
fue el cierre del concierto, cuando llevó al público a lo más alto, los lleno
de energía, energía que emanaba desde el escenario, él a la batería, en su
mundo, disfrutando, gozando y tal vez deseando que esa noche no terminara, pues
a decir verdad se despidió para no volver, cierto, pero no parecía que quisiera irse
del escenario.
Fotos: Yunuén Velázquez / Ocesa |
Creo que lo que viví el domingo
fue algo que no se podrá olvidar tan fácil, poder escuchar en directo a un
referente del pop-rock español fue algo increíble. La compañía una vez más fue
excelente, personas que comparten gustos musicales similares se agradece en la
vida, y todo esto que les escribo fue posible gracias a un amigo, sabes quién
eres así que gracias.
Se ha escrito una página más de
este mi diario musical, una página que no se borrará tan fácilmente. Gracias al
genio llamado Mikel Erentxun por esa
noche inolvidable en El Plaza Condesa.
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